Taza de cerámica hecha a torno, con esmalte de ceniza vegetal formulado a partir de materiales locales.
La arcilla utilizada fue recolectada en la zona de Pichilemu, aportando textura y carácter únicos. Cocida en alta temperatura (1250 °C) en atmósfera reductora.
Cada pieza es única, con variaciones naturales en color y superficie según su posición en el horno.